miércoles, 28 de octubre de 2009

Ejemplificando la personalidad

La gente es tan extraña como curiosa. De verdad, la profesión del futuro es sociólogo. Fuera coñas, si alguien es capaz de adentrarse en ciertos cerebros humanos y lograr comprender el porqué de sus acciones yo les regalo un pin del Snoopy de edición especial.
Es que no sé, hay muchas cosas que a mí se me escapan. Llámame simple, llámame tonto. Pero según qué comportamientos en según qué situaciones es algo que no entenderé jamás ni por qué estas personas no se dan cuenta de ello.
- Ejemplo 1: A la persona “A” le gusta la persona “B”. La persona “A” consulta con su amigo “C” y tras una breve deliberación resulta que la persona “B” no es apropiada y la apartan sin más. Guay. ¿Para qué van a influir los sentimientos, los credenciales o los aspectos objetivos de “B”. Nada nada, “A” se ve subyugada a “C” y “B” sale perdiendo sin ni siquiera haber podido argumentar una defensa a su favor. Así va el mundo también.
También puede resultar que “C” sea un(a) estupendo/a amigo/a y haya salvado a “A” del capullo de “B”, en ese caso lo damos por medio-bien. En cualquier caso, al ejemplo número uno le titularemos “Devuélveme mi personalidad”
- Ejemplo 2: Este caso es más fascinante aún que el anterior y últimamente más próximo a todos nosotros en los tiempos que corren. La persona “X” es muy inteligente o al menos eso nos hace creer. Dicha persona conoce e investiga acerca de varios temas culturales. “X” informa a “Y”, a “Z” e incluso a “W” aunque no le acabe de caer bien. “Y” y “Z” se ponen contentos con los consejos de “X”. “W” va a su rollo y cada vez odia más a “X” porque él es usado en campos como el cine porno y “W” en cambio en otros tan simples y repugnantes como “W.C.” Con el tiempo, “X” no para de recordarles a “Y” y a “Z” que si no fuera por él, ellos no sabrían nada, pero “Y” y “Z” se sienten molestos ya que “X” parece que se atribuya todos los méritos y parezca que le deban la vida. A todo esto, “X”, que fue el descubridor de dicha ‘tendencia’, la abandona, ya que pese a descubrirla y apropiarse del mérito como si fuera el creador, la aborreció y asegura que ahora ya es una mierda porque muchas personas más como “G”, “H”, “I”, “J”, “K”, etc. etc. la siguen tras descubrirla él y ahora ya no es lo mismo. A este segundo y último ejemplo de hoy lo vamos a llamar “Mi personalidad es the best in the world y solo yo puedo tener esos gustos porque sino me enfado y me cambio de barco” (así, como una reacción pueril ante el hurto de un juguete por parte de otro niño)

Fin de la mierda de hoy. No creo haber demostrado nada, tal vez… exponer. Bueno, sí, he demostrado que me sé algunas letras del abecedario pero ya veis que ni en orden ni ná! Tantos años de educación concertada a tomar por culo, menudo disgusto se va a llevar mi madre.

lunes, 26 de octubre de 2009

Analizando el continuo espacio-tiempo

Hablar de las historias que me pasan en el metro u otros transportes públicos es un recurso muy usado pero... es lo que tenemos los pobres, que intentamos sacarle partido a cualquier cosa.
Pues eso, un viaje en metro se puede hacer eternamente eterno y hay que buscar algunas formas de invertir este tiempo. Una de ellas es estudiar a la gente. Así de primeras puede sonar feo, ni que las pobres personas fueran cobayas, pero así es más divertido, al menos para mí.
Empecemos: llego a la estación y tocar pagar. Yo lo hago a regañadientes ya que pienso que TMB cada día son más careros y aprovechados, pero por la mañana hay muchos revisores. Un chico de unos 25 años y de origen sudamericano piensa como yo pero no cae en la cuenta de la existencia de los revisores y se cuela. ¿Qué pasa? Que en Torrassa le pillan y le hacen bajarse del metro, uno menos.
En el vagón en el que voy van personas de varias etnias y edades. No está mal, diversidad cultural que lo llaman.
Hay bastante sitio pero al lado mío se sienta un hombre de mediana edad y con rasgos claramente islámicos. Puede sonar a tópico y tal, pero no mola. Se sienta al lado y me va mirando a ratos. Yo intento intimidarle con mi mirada que transmite energía, pero sin dirigírsela directamente a él, ya ves tú, seguro que por dentro se estaba cagando de miedo… no te digo.
Me cambio de asiento a otro vacío. ¡Qué bien! Llega la señora de edad avanzada que vuelve de hacer la compra y tiene ganas de hablar. Yo asiento y ella me dice: “Con esos cacharros en la oreja os vais a quedar sordos, ya se lo digo yo a mis nietos…” Qué extraña fascinación tienen las personas mayores por la seguridad de todo el mundo excepto por la suya, cómo se nota que han vivido una guerra… (no tiene nada que ver, pero es un tópico que se usa y queda bien)
Más gente que sube y que baja. Universitarios y sobre todo universitariAS (gracias sistema educativo) que hacen el trayecto de ida a sus respectivas facultades, todos con su carpeta a modo de distinción. Señores con maletín y americana, señoras con carritos de bebés y de compra, y luego yo, un pringao más entre todo este rebaño del que algún día no quedará nadie.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Dios bendiga al programa de intercambio de alumnos

Sigo en la biblioteca. Alrededor mío hay 10 ordenadores con su respectiva mujer para cada uno de ellos. Y las 10 muchachas son comúnmente llamadas como “guiris”. Vale. Mantengamos la calma. 10 bellezas rubias con los ojos azules. Hacen ver que trabajan aunque 9 de ellas están metidas en el facebook y la otra está en un chat raro. Teclean a la vez, haciendo mucho ruido para poder marcar bien.
Dani, pon la mente en blanco. Emmmm eeeeeemmmmmmm. Mierda, que se vayan yaaaa!!!
Una se ha levantado y con ella otras dos. Esto parece un desfile de modelos. Todas con sus tacones, sus andares perfectos y su melena dorada al viento. Basta. Se acabó leer Bukowski durante una temporada.

Mad World I

Estoy en la biblioteca. Preparando cosas de pre-rodaje audiovisual. Pues bien, tengo que ver un videoclip y no me dejan porque me dicen que no es trabajo. Cierro la ventana pero cuando se va la mujer vuelvo a abrirla, claro está.
Parece que todo va en calma. Entra una chica, no posee un gran don de belleza natural, pero bueno, así es la vida de injusta a veces. Para mejorar en algo, se echa desodorante en las axilas. ¿en el lavabo? ¡Qué va! ¿Para qué? Mucho mejor hacerlo en medio de la biblioteca con uno de esos sprays que con un par de ellos puedes hacer un agujero en la capa de ozono del tamaño de Birmania.
Yo flipo, porque ni siquiera huele mejor. Ahora la biblioteca entera huele a una mezcla extraña de amoníaco con jazmín.
En fin, debo ser demasiado raro (o demasiado clásico) para entender ciertas cosas…

mmmm

Estoy bloqueado. He pasado 12 horas en mi amado colegio. He llegado a casa y he tratado de hacer algo de provecho audiovisualmente hablando. Nada. Cero. Caca.
Oh, a un vecino se le ha caído un jarrón o algo de extrema fragilidad a la calle. Voy a asomarme a ver si hay sangre.
ejkgajtrnhoysohptyjkmukdjaaa