miércoles, 27 de enero de 2010

Rutina matutina

Suena el despertador, lo apagas. Te dices "5 minutitos más" pero mejor no, porque esos 5 se pueden convertir en 50. Te levantas de mala hostia. Te pones la bata esa de viejo que tienes colgada detrás de la puerta porque hace un frío terrible, piensas "con lo calentito que estaba yo en la cama". Ya no es tiempo de lamentarse, empieza otro apasionante día.
Vas hacia el baño, echas la primera y más gustosa excreción urinaria del día, apuntando bien por supuesto. Bajas la tapa y tiras de la cadena. Abres el grifo, esperas a que el agua se caliente un poco, te mojas las manos y te echas agua en la cara (primer rito de estimulación de la actividad matinal). Te secas con la toalla y vuelves a la habitación. Sacas la ropa de los cajones, la pones en el orden conforme te la vas a poner y la llevas al baño para dejarla encima del toallero. Enciendes la estufa, abres el grifo y lo pones a tope de agua caliente, que al calentador nuevo le cuesta la vida arrancar. Ahora llega el momento más traumático del día que precede el segundo rito de estimulación de la actividad matinal (vulgarmente llamado ducharse): quitarte la ropa con todo ese frío matinal deseando chocar contra tu piel desnuda. Cuando te encuentras con la misma ropa con la que viniste al mundo (nada) empiezas a tiritar, moverte de un lado para otro, te abrazas a ti mismo, pero te das cuenta que las manos están aún más frías y desestimas esa posibilidad. El agua de la ducha aún no se ha calentado, gilipollas! tendrías que haber comprobado eso antes. Al borde de la hipotermia como Leonardo DiCaprio en 'Titanic', notas que al fin el agua empieza a quemar. No puedes esperar más y te metes en la ducha. Quemaduras de primer grado, lo superaré. La ducha transcurre sin incidencias reseñables. Segundo trauma de la mañana: salir de la ducha. Es volver al mundo frío y real, pero hay que hacerlo que sino la factura del agua se dispara. Te secas en un tiempo récord y te vistes. Sales del baño y procedes al tercer rito de estimulación de la actividad matinal. Llegas a la cocina, te pones leche en una taza, la pones a calentarse un poco al microondas y mientras enciendes la cafetera. Es una de esas guays que anuncian famosos de Hollywood con las que solo tienes que meter una pastilla y apretar un botón, sale un café buenísimo. Los tomas con la leche y con 2 kg. de azúcar, que al final no sabes si tomas café con azúcar o azúcar con café. Después del pelotazo todo es mucho más fácil. Vuelves a ir al baño, te lavas los dientes, te peinas y te miras un poco en el espejo. Sales del baño, te pones el jersey, chaqueta, bufanda... sólo se te ven los ojos, pero no serás un pringao que pase frío en la calle. Enciendes el ipod, coges las llaves y sales de casa. Sales a la calle y pese a la protección el frío te da una bofetada. Venga, empieza otro genial día en el mundo.

1 comentario:

Raul dijo...

mola eso de la hipotermia a lo Leonardo Di Caprio xDD
buen post tio ;)