lunes, 16 de mayo de 2011

Carta de confesión

Queridos amigos, compañeros y gente en general,

He de confesarme, así entre vosotros y yo. He matado a un hombre. Era un hombre malo, merecía morir. Bueno, morir no, nadie lo merece, pero digamos que tampoco era una persona que favorecía positivamente a la humanidad. En fin, que me lo he cargado y lo he tirado al mar. Que está muy de moda ahora. Y como está por ahí con Bob Esponja, vosotros no sabréis si es verdad o no, pero me váis a creer porque yo os lo estoy diciendo con toda mi sinceridad, ¿verdad?. Si queréis, creo un grupo de Facebook para darle más credibilidad a mi confesión o... algo. Y que después me den el Premio Nobel de la Paz por mis buenas intenciones.

Eh, que esto de aquí arriba era broma. Miembros del FBI que leéis este blog (seguro que muchos), soy inocente. Al menos de este crimen que me he auto-impuesto by the face. Es cierto que ahora mismo tengo las manos manchadas de sangre (no, tampoco soy emo), es que he jugado a las "escenitas de asesinatos" y me he pintado las manos con sangre artificial y ahora esta porquería no sale ni con agua-ras y tengo miedo de lavarme más las manos por si me quedo sin. Hay que conservarlas, que son bastante útiles en general.

Una cosa más. Aviso a los politicuchos del mundo: La próxima vez que en un evento DEPORTIVO me bombardéeis con vuestra propaganda de engaños y mentiras, os voy a meter los papeles por un sitio que yo me sé, que en realidad es dónde se merecen estar. Y si realmente presumís de ser tan "ecologistas" demostradlo gastando menos papel en mierdas de éstas que la gente tira a la basura en cuanto se los das.

Atentamente,

Un ciudadano que simplemente se queja de todo por gusto (o no).

1 comentario:

Belén dijo...

me encanta tu ironía y tu sutileza!