jueves, 19 de mayo de 2011

El Show de Dani

Últimamente estoy teniendo pequeños problemas en los pies. Es lo que tiene ser un joven alocado que solo se pone zapatillas deportivas. Acabas con rozaduras, ampollas y cosas feas de éstas. Pero bueno, ese no es el problema, no tengo ningún trauma respecto a esto. Lo llevo bastante bien, ya casi no lloro por las noches.


El asunto en cuestión es que hoy, entre toda la basura electoral me ha llegado una carta de un podólogo al que fui hará como 10 años. Sí sí, 10 años, una década. Aún existían las pesetas, sólo había 150 pokémon y yo merendaba cada tarde un vaso de leche con un bocadillo de Nocilla. Pues bien, me he asustado. He empezado a mirar por todos los rincones de mi casa, buscando una cámara oculta. Casualidad o no, hace unos días hablé con mi madre sobre ir al podólogo y hoy me llega una curiosa carta de un sitio al que fui hace diez años. He visto “El Show de Truman” y muchas ediciones de reality-shows (más de las que me cuesta reconocer aunque por suerte ya lo he dejado) y esto me hace desconfiar del azar (o azahar) del destino. Todo esto es una parida muy grande, sí, pero aquí estás tú leyéndolo, así que no sé qué es peor.


Ahora en serio. Olé los cojones de la gente que está acampada en las plazas centrales de múltiples ciudades españolas. Conseguir, no sé si se conseguirá mucho, pero sólo estar ahí y meterle un poco de miedito en el cuerpo a los políticos y todos sus lacayos ya merecerá la pena. Que se enteren que no se nos puede torear siempre. Que el pueblo tiene la voz y va a conseguir que se le escuche.

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